El Presidente Javier Milei y su administración impulsan el ingreso de nuevas inversiones al sector, lo que algunos señalan como una extranjerización del recurso, aunque las pocas explotaciones del mineral operativas tienen a compañías del exterior como impulsoras desde hace años. Planes heredados, nuevos contactos, visiones contradictorias y cotización a la baja.
La extranjerización en la minería local y del litio en particular no es algo nuevo, sino más bien fundacional. De hecho, los tres proyectos operativos en la Puna son los que llevan la vanguardia en la explotación, todos con participación financiera y técnica de empresas extranjeras: Livent de Estados Unidos, Alikem de Australia (ahora fusionadas como Arcadium Lithium) y Exar (con accionistas canadienses y chinos).
Precisamente China es el origen de la mitad del monto total ya invertido a nivel local, y el principal destino de la exportación de carbonato de litio de alta calidad, con el 40% del volumen total, seguido de lejos por Japón, Corea y Estados Unidos.
Este año terminará con una producción de 55.000 toneladas de litio y exportaciones por más de US$1.100 millones, casi el doble que en 2022, según estimaciones privadas.
Sin embargo, más allá de la ventana de oportunidad por la transición energética global, ante la competencia entre los países productores y la caída en la demanda del mayor consumidor mundial, la cotización del litio viene en picada a nivel internacional.
Según el último informe de la Subsecretaría de Desarrollo Minero argentina, el precio promedio entre enero y noviembre de 2023 alcanzó los US$41.498 por tonelada LCE, un valor que representa una caída del 41% con relación al valor promedio de igual periodo del año pasado (US$70.339 /tn LCE).
Sin embargo, de acuerdo al dato de la Dirección de Transparencia e Información Minera de la citada cartera, el precio del carbonato de litio CIF Asia (China, Japón y Corea del Sur) en noviembre último promedió los US$20.614/tn LCE, lo que marca una baja del 12,1% con respecto al mes anterior y del 74,5% con relación a igual mes del año pasado.
El 11 de noviembre de 2022, la tonelada de carbonato de litio se comercializó al récord de US$81.565 en el mercado internacional, mientras que el 5 de diciembre pasado ese valor cayó en forma violenta en la comparación al cotizarse en apenas US$13.394/ tn. La caída de la demanda China y la entrada en producción de nuevos proyectos productivos generará nueva volatilidad y rebotes en los próximos meses.
En este escenario complejo, la Argentina se ubica en el ránking productivo global en el cuarto puesto, pero junto a Bolivia y Chile forma el llamado Triángulo del Litio, que contiene la mayor reserva de este mineral a nivel global. La industria local prevé más de US$5.000 millones de inversión en los próximos años y un aumento significativo de los 8.000 empleos actuales.
Un relevamiento de la consultora internacional con sede local Grant Thornton estima que el sector del litio argentino pasará de las 30.000 tn alcanzadas el año pasado a 110.000 tn en 2030.
Y en cuanto a la generación de trabajo, proyecta que la industria dará empleo directo a 38.500 personas y en paralelo generará de 80.000 a 100.000 puestos indirectos para la misma fecha.
En cualquier caso, el problema no es la extranjerización en sí, ya que a nivel global el negocio minero funciona con capitales transnacionales y lo llevan a cabo grandes compañías especializadas y concentradas, y los gobiernos provinciales y las mineras privadas argentinas no tienen suficiente capital propio para encarar los proyectos.
El problema sobre los beneficios o perjuicios para el país de esta situación surge al ver las prerrogativas que se le otorgan a esas inversiones y qué porción de la riqueza obtenida queda para las arcas locales y el fisco nacional, algo similar a lo que ocurre con la explotación de los hidrocarburos en todo el territorio.
Sobre este punto viene a cuento el dato aportado por el senador nacional Oscar Parrilli sobre que en los últimos años, entre los derechos y reintegros de exportación a los compuestos de litio de los emprendimientos en marcha, el saldo fue negativo en dólares para la Argentina en alrededor de US$150 millones.
Ahí es donde el país está resignando ingresos para atraer a las firmas extranjeras, más allá de no procesar el recurso fronteras adentro y por lo tanto no generar valor agregado local. Además, las regalías se establecen sobre la declaración jurada de la empresa, por lo que no hay una efectiva fiscalización de lo producido en las plantas ni controles sobre lo efectivamente exportado por los puertos.
En comparación, el legislador del Frente por la Patria, comentó que Chile declaró al litio de interés nacional, cobra el 40% de regalías contra apenas un 3% local en boca de mina/salar, y exporta diez veces más volumen que la Argentina.
Por otro lado, a diferencia de Bolivia que decidió nacionalizar el recurso en 2008 porque su Constitución se lo permitía y así estatizar su industrialización, así como el presidente chileno Gabriel Boric creó una asociación público privada para su explotación, en la Argentina no se declaró recurso estratégico ni de interés público, y su potestad como dominio originario es de los estados provinciales que lo poseen.
Con una visión opuesta, el ex subsecretario de Desarrollo Minero en el gobierno de Macri Mario Capello, contradijo estas afirmaciones de Parrilli y relativizó el triángulo regional. “Es falso que las empresas mineras argentinas no tributen el 35% de Ganancias; pagan todos los impuestos, el resto de los nacionales y provinciales, cargas sociales y los mejores salarios del paí,s e incluso derechos de exportación que no tienen los países de la región pues aquellos saben que acortan la vida de una mina”.
Además, afirmó que los recursos de Bolivia no cuentan, al menos por ahora, como reservas, porque su alta concentración de magnesio hace antieconómica su explotación. “Es extraño un triángulo en el que Chile tiene el 82% de las reservas, Argentina un 18% y Bolivia nada”, objetó el fundador del Grupo Sarmiento, especializado en minería.
En relación a la inversión extranjera es importante la reunión entre autoridades nacionales y funcionarios y embajadores de la Unión Europea, realizada el 4 de diciembre pasado en el Centro Argentino de Ingenieros, en la que participaron del Seminario Europeo sobre la Cadena de Valor del Litio: Oportunidades y Desafíos.
Los representantes de la UE expresaron un fuerte respaldo a la inversión y el desarrollo del sector minero argentino, y de este mineral estratégico para la electromovilidad en particular, y expusieron el interés del viejo continente en generar valor agregado y empleos en el país.
Resulta inusual la expresión utilizada por el embajador de la UE en el país, Amador Sánchez Rico: “Queremos estrechar lazos con autoridades locales y civiles para ver en qué proyectos podemos participar, procurando generar valor agregado y no escapándonos con la materia prima”.
Ese compromiso se conecta con la petición lanzada en la última cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) y la UE en julio pasado, cuando los representantes de los gobiernos latinoamericanos con recursos minerales plantearon su intención de no ser únicamente proveedores de materias primas y mostraron la aspiración de industrializarlos.
En esa línea, durante el seminario el director para América latina de la UE Félix Fernández Shaw comentó que ve en la Argentina una gran capacidad de desarrollar tecnología para el desarrollo de los metales críticos en el futuro.
“Hay que buscar la forma de organizar un paquete de inversión que incluya financiamiento y tecnología, que despierte el interés de las empresas europeas para generar producción y valor añadido”, propuso el funcionario. Si en los próximos meses finalmente se firma el acuerdo entre la UE y el Mercosur, ese objetivo estaría asegurado.
La nueva gestión de la Secretaría de Desarrollo Minero busca socios estratégicos y para los funcionarios entrantes la UE y la Argentina lograron avances significativos en minerales críticos, con memorandos de entendimiento que sientan bases para las grandes inversiones que serán necesarias.
En el seminario, el flamante embajador de Francia en el país Romain Louis Nadal, comentó el gran momento para el país, en un sector relevante que se aceleró mucho en los últimos meses y proyectó que la exportación de litio explotará en los próximos años.
“Serán el segundo productor de litio con más de 200.000 toneladas, por detrás de China”, pronosticó el diplomático francés, al tiempo que remarcó que son 34 las firmas galas que realizan fuertes inversiones en la Argentina, algunas con más de un siglo de presencia local.
El miércoles pasado, la canciller Diana Mondino en el marco de su visita oficial a Francia mantuvo diálogos con Christel Bories, CEO de la empresa Eramet, una extractora y productora de litio que anunció nuevas inversiones en Salta por US$800 millones para completar su plan de totalizar US$1.600 millones.
Está claro que para producir este mineral estratégico en el país y generar valor agregado se necesitan enormes inversiones y desde el Estado nacional y los provinciales, o incluso desde el sector empresario local, la capacidad de financiamiento de los proyectos tiene que estar apalancada con fondos públicos o privados del extranjero.
Como remarcó en ese encuentro el presidente de la empresa de innovación y tecnología de YPF (Y-Tec) Roberto Salvarezza, “la Argentina tiene el potencial de convertirse en un proveedor global de carbonato de litio, pero al mismo tiempo desarrollar la capacidad de industrializar sus recursos con socios estratégicos del exterior”.
Entre los planes de Y-Tec estaba la puesta en marcha de la producción de celdas para baterías eléctricas en 2024, con una capacidad operativa de aproximadamente 100 MW, el desarrollo de litio sustentable y la obtención de la licencia social que involucra a las comunidades.
Ahora habrá que ver si el cambio de Gobierno nacional y de la cúpula de la empresa mantienen la hoja de ruta para el año entrante, e incluso cuál será el futuro del paquete accionario en manos estatales de la compañía energética más importante del país, más aún cuando Javier Milei ratificó que buscará privatizarla en dos años.
Además, todavía no hay precisiones sobre cómo hará el Estado argentino para afrontar la millonaria indemnización a Repsol, por la sentencia adversa de la justicia estadounidense en la causa por la expropiación en 2012 del 51% del paquete accionario de la empresa en manos de la española.
Y, entonces, se sabrá de qué manera asumirá la nueva administración nacional los destinos de YPF y sus diferentes unidades de negocios.
Fuente: PolíticayMedios