De Excel a plataformas digitales: cómo las pymes transforman la evaluación de desempeño

Las pequeñas y medianas empresas enfrentan hoy una tensión creciente: necesitan sostener su competitividad en un mercado exigente y, al mismo tiempo, cuidar a sus equipos, mantenerlos motivados y alineados con objetivos que cambian con rapidez. 

En ese equilibrio aparece la gestión del desempeño como un recurso indispensable. No se trata de un trámite administrativo, ni de una calificación anual que queda en un archivo. La gestión del desempeño es un proceso que busca alinear expectativas, medir avances, reconocer logros y acompañar el desarrollo de las personas de manera continua. 

La importancia de este proceso crece en todo el mundo. De acuerdo con el estudio “Gestión estratégica del Desempeño en Latinoamérica” realizado por la Organización Internacional de Directivos de Capital Humano (ORG DCH), el 94 % de las organizaciones encuestadas en la región emplea evaluaciones de desempeño, y el 44 % lleva aplicándolas por más de cinco años. 

Estos datos muestran que la práctica no está en declive, sino más viva que nunca. Incluso en medio de debates sobre su utilidad, las empresas continúan apostando a que la evaluación sistemática sea un soporte para el aprendizaje, la motivación y la toma de decisiones.

En el caso de América Latina, la relevancia se amplifica porque las pymes representan casi la totalidad del entramado empresarial. De acuerdo con el Índice de Políticas para PyMEs: América Latina y el Caribe 2024, elaborado por la OCDE, la CAF y el SELA, las micro, pequeñas y medianas empresas constituyen el 99,5 % del total de firmas en la región y representan alrededor del 60 % del empleo productivo formal

En la Argentina, distintos estudios académicos y oficiales coinciden en que generan entre la mitad y dos tercios de los puestos de trabajo registrados.

Esa centralidad convierte a la gestión de personas en un desafío estructural: una pyme que no logra implementar prácticas sólidas de desempeño pierde competitividad frente a competidores que sí consiguen alinear cultura, resultados y desarrollo de talento.

En ese marco, un estudio reciente aportó un dato de fuerte impacto. La consultora AO Consulting publicó entre abril y junio de 2025 la segunda edición de su informe “Radiografía de la Gestión del Desempeño”. La investigación incluyó a 251 empresas, de las cuales el 49,8 % fueron pymes y el 50,2 % grandes compañías. 

Un hallazgo llamó especialmente la atención: el 54 % de las pymes todavía administra todo el proceso de desempeño con planillas de Excel. Esa dependencia de herramientas manuales dificulta el seguimiento, reduce la trazabilidad y limita la posibilidad de construir datos útiles para la toma de decisiones. Frente a esa realidad, los especialistas remarcaron que el proceso no puede funcionar en automático. Necesita una cultura que lo respalde, liderazgo activo y herramientas que permitan sistematizar sin burocratizar.

En este contexto, AO Consulting incluyó en su informe un ranking de uso de sistemas informáticos para la administración de desempeño. En el segmento de grandes compañías, el primer puesto lo obtuvo Success Factors. Pero en el universo de pymes, la sorpresa fue clara: Naaloo encabezó con amplitud la preferencia de las pequeñas y medianas empresas argentinas. Según Luis María Cravino, director de AO Consulting y responsable del estudio, “la gestión del desempeño es una de las prácticas más estratégicas y, al mismo tiempo, más desafiantes dentro de la gestión de personas, porque es el lugar donde confluyen temas como talento, cultura y liderazgo. En ese espacio, Naaloo obtuvo el primer puesto con amplitud debido al gran crecimiento que ha tenido este producto en los últimos tiempos”.

¿Por qué Naaloo logra esa posición de liderazgo? La investigación apunta varias razones. El software se adapta a distintos tipos de empresa y permite un alto nivel de personalización. Integra metodologías modernas de evaluación, como los objetivos SMART o los modelos que combinan resultados y comportamientos, y las vuelve accesibles para organizaciones con menos de 500 empleados. 

Además, ofrece soporte cercano, precios competitivos y se integra a una suite completa de gestión de recursos humanos. En palabras de Cravino, “es una suma de factores que alinea resultados buscados, recursos disponibles y soluciones complementarias, algo que las pymes valoran especialmente”.

Desde la propia compañía destacan ese rol democratizador. Francisco Costa, CEO de Naaloo, señaló: “Para nosotros, este sigue siendo un punto de partida: acompañar a las organizaciones que aún no digitalizaron el proceso y ayudarlas a transformar planillas aisladas en ciclos visibles, simples y alineados con el negocio”. Costa recordó que solo el 46 % de las pymes utiliza hoy algún software de desempeño y que la misión de Naaloo es contribuir a ampliar esa base, simplificando la gestión sin quitarle la potencia que necesita para mejorar resultados.

El trabajo de AO Consulting, basado en 19 preguntas sobre todo el proceso de evaluación, buscó captar similitudes y diferencias según el tamaño y señalar tanto las buenas prácticas como los desafíos pendientes. Entre las conclusiones más relevantes, los consultores destacaron que todavía abundan los objetivos mal definidos, el escaso tiempo para acordarlos, la ausencia de sistemas de reconocimiento y la tendencia a que las conversaciones sobre desempeño se reduzcan a instancias meramente formales. También se observó que la mayoría de las organizaciones realiza solo una o dos evaluaciones por año, lo que limita la continuidad y la posibilidad de sostener un aprendizaje constante.

En este contexto, el liderazgo de Naaloo en el ranking también se explica por el modo en que traduce buenas prácticas en rutinas concretas. Su plataforma permite integrar objetivos y competencias, fijar escalas claras de evaluación, revisar la calidad de los objetivos, realizar autoevaluaciones y calibraciones, y generar reportes accionables. Todo esto con un nivel de usabilidad que acorta la curva de adopción y reduce la resistencia al cambio. En un plazo tan breve como cuatro semanas, una pyme puede pasar de administrar planillas a ejecutar un ciclo completo de evaluación digitalizada.

La gestión del desempeño

La gestión del desempeño no surgió de la nada; tiene raíces profundas en la historia de la organización del trabajo. A comienzos del siglo XX, el “management científico” de Frederick Taylor introdujo una metodología sistemática para medir la eficiencia individual, insistiendo en estándares claros y la supervisión como formas de elevar la productividad 

En las décadas siguientes, el enfoque se expandió: en los años ’20 y ’30, el movimiento de relaciones humanas, impulsado por los experimentos de Hawthorne, reveló que factores sociales como el reconocimiento y el entorno laboral también influían notablemente en el desempeño. 

Más adelante, en los años ’50, Peter Drucker popularizó el concepto de “Management by Objectives” (MBO), que asociaba metas explícitas con evaluación del rendimiento, alentando una conexión directa entre tareas individuales y logros organizacionales.

Con el advenimiento de finales del siglo XX y los primeros años del XXI, la evaluación de desempeño mutó nuevamente, influenciada por herramientas más holísticas y dinámicas. La metodología del Balanced Scorecard, desarrollada por Kaplan y Norton en los años ’90, incorporó no sólo indicadores financieros sino también perspectivas sobre clientes, procesos internos y aprendizaje organizacional —una visión más amplia del impacto del desempeño. 

A su vez, la tecnología transformó estos sistemas: los tradicionales chequeos anuales dieron paso a la retroalimentación continua, la evaluación de 360 grados e incluso modelos predictivos basados en datos en tiempo real.

Esta evolución refleja una visión más estratégica y humanizada: no se trata solo de calificar, sino de acompañar el crecimiento con evidencia, contexto y diálogo permanente.

La gestión de desempeño implica una transformación cultural. Según Cravino, “la enorme cantidad de empresas que quiso participar en la encuesta demuestra que la práctica de gestión del desempeño está más viva que nunca. Lo que vemos es un interés permanente por mejorar, por incorporar innovaciones como la medición de la calidad de objetivos o las calibraciones, y por articular mejor el qué con el cómo en la evaluación de las personas”.

El reconocimiento a Naaloo como el software más utilizado por pymes argentinas para gestionar desempeño tiene, entonces, un doble valor. Por un lado, valida la necesidad concreta de soluciones simples, accesibles y ajustadas a las realidades locales. Por otro, plantea un desafío hacia adelante: lograr que más empresas abandonen la informalidad de las planillas y avancen hacia procesos continuos, justos y transparentes. 

La gestión del desempeño, como subraya la literatura especializada, no puede reducirse a calificar una vez al año, sino que debe convertirse en un tejido de conversaciones que impulsen la mejora individual y colectiva.

En definitiva, las cifras y las voces coinciden en una misma dirección. Las pymes de la Argentina y la región, que sostienen la mayor parte del empleo, necesitan herramientas que les permitan profesionalizar sus prácticas de recursos humanos sin perder agilidad ni cercanía. 

Naaloo se convirtió en un actor central en ese terreno, liderando la preferencia de las empresas que buscan medir mejor, conversar mejor y decidir mejor.

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