Cada año, todos los 21 de marzo, los amantes de la buena bebida celebran el Día Internacional del Vermut, una jornada dedicada a este icónico aperitivo que ha conquistado paladares en todo el mundo.
En Argentina, donde la cultura vermutera está arraigada en la tradición, esta fecha es la excusa perfecta para reunir amigos, compartir una botella bien fría o unos deliciosos cócteles y acompañarlos con una picada generosa. Porque si hay algo que disfrutan los argentinos, es el ritual del vermut: ese momento previo al almuerzo o la cena donde el tiempo se ralentiza y las charlas se extienden entre sorbos y risas.
Un poco de historia con sabor a nostalgia
El vermut, cuyo nombre proviene del alemán “wermut” (ajenjo), tiene sus raíces en el siglo XVIII, cuando se popularizó en Italia y Francia. Sin embargo, su origen se remonta a tiempos aún más antiguos, cuando los griegos y romanos elaboraban vinos macerados con hierbas y especias por sus propiedades medicinales. En Argentina, el vermut llegó de la mano de los inmigrantes europeos y rápidamente se convirtió en un clásico de las barras y las mesas familiares. No hay abuelo que no haya tenido su botella de vermut en la alacena, ni bar notable que no lo sirva con una rodaja de naranja y sifón de soda al costado.
El renacimiento del vermut: Coctelería de autor
La nueva popularidad del vermut no solo trajo de vuelta las tradiciones, sino que también impulsó la creatividad en la coctelería. Bartenders de todo el país han reinventado la forma de disfrutarlo, combinándolo con ingredientes inesperados y creando cócteles innovadores.
A los clásicos Negronis, destacadas barras como la de Malasangre Vermubar, han sumado cocteles de autor como el Éxtasis de Frambuesa, que combina el vermut Malasangre Rubi con Gin Malparido Pimienta, Almibar de Frambuesa y Tomillo, Limón y Espumante o el Bad Blood con Malasangre rojo, Gin Malparido, Almíbar de frutos rojos y Cítrico.

Estilos y preferencias: el vermut en todas sus versiones
Este vino aromatizado con hierbas, especias y botánicos presenta una amplia diversidad de estilos. Se pueden encontrar vermut rojo, de perfil dulce y especiado; vermut blanco, más seco y floral; y vermut rosado, con notas frutales y refrescantes.
En Argentina, donde la versión roja suele ser la más popular, se ha dado una nueva tendencia en Vermuts Artesanales.
Malasangre produce sus propios vermuts que han recibido distinciones internacionales y que a las ya clásicas opciones suman nuevas y distinguidas etiquetas.
Malasangre Mítico
A base de vino Sauvignon Blanc, macerado con regaliz, vainilla, canela, anís, naranja, frutos secos y cacao.
Malasangre Torino
A base de vino Moscatel. Se destacan la naranja, el tomillo, la vainilla, la canela y la nuez moscada.
Malasangre Rojo
A base de vino Malbec y Bonarda. Se destaca el sabor del romero, orégano fresco, anís y regaliz.
Malasangre Blanco
A base de vino Torrontés. Sobresalen los cítricos como el limón y el pomelo.
Malasangre Rubí
A base de bonarda y Sauvignon Blanc. Se destacan la manzanilla, albahaca, hibiscos, frutos rojos y pomelo.

Celebrar el Día del Vermut como se debe
En honor a esta bebida, el Día del Vermut invita a descubrir nuevas formas de disfrutarlo: desde degustaciones y catas guiadas hasta innovadores cócteles con toques contemporáneos. También es una excelente oportunidad para rescatar las recetas familiares y recordar que, más que una bebida, el vermut es una tradición que atraviesa generaciones.
Malasangre Vermubar es el espacio ideal para celebrar esta bebida. con sus destacados cócteles de autor, tapeo gourmet e increíble atmósfera que invitan a disfrutar este día.
Malasangre Vermubar
-Av. Cramer 2704
–https://malasanfre.bar/
-@Malasangre.Bar